La Iniciativa Global Contra El Crimen Organizado Transnacional | 8.5.2015 | Fotografía e investigación: Kukka Ranta
La población de África Occidental, cuna de uno de los ambientes marinos más ricos del mundo, padece de una pobreza generalizada y de una escasez de sustento legítimo, en parte debido a los altos niveles de pesca ilegal y de sobrepesca.
Cuando la población mundial de peces colapsó en Senegal en 2005, alrededor de 5.000 ciudadanos del oeste de África huyeron de la pobreza hacia las Islas Canarias en botes artesanales de madera que los pescadores ya no podían utilizar con fines comerciales. El año siguiente, la cifra escaló a más de 31.000 migrantes. En 2006, se estima que 6.000 ciudadanos de África Occidental perdieron su vida intentando buscar un futuro mejor en Europa. La mayoría de estos migrantes eran de Senegal y Mauritania, países con las cuales Europa tiene los más grandes y antiguos acuerdos pesqueros. Las raíces de la actual crisis migratoria en el Mediterráneo es, de muchas formas, una crisis que Europa misma creó.
La siguiente presentación de fotografías está basada en investigación original en África Occidental, realizada por Kukka Ranta, y documenta la historia:
Se estima que África Occidental recibe los mayores niveles de pesca ilegal, no informada y no reglamentada en todo el mundo. Los buques extranjeros están sacando provecho de uno de los países más pobres del mundo, que no puede hacerle frente al gasto que significa vigilar sus propias aguas territoriales, y en donde el índice de corrupción suele estar entre los más altos del mundo.
Desde que las principales potencias pesqueras del mundo han vaciado sus propias aguas, el problema de la sobrepesca industrial está siendo exportado a mares distantes. La Unión Europea concretó su primer acuerdo bilateral con Senegal relativo a la pesca en África en 1979, y poco después ingresaron barcos pesqueros de origen chino y otros buques asiáticos a las aguas del oeste africano, varios de ellos operando ilegalmente. Muchos de los buques involucrados en actividades ilegales en África Occidental operan bajo las banderas más convenientes. De acuerdo con la Fundación de Justicia Ambiental, un número considerable de estos buques son propiedad de empresas europeas.
Los países de la costa oeste africana están perdiendo US$1.300 millones anuales y el 37% de su pesca anual por culpa de la pesca ilegal, no informada y no reglamentada. La mayoría de estos peces ilegalmente obtenidos es llevada a la UE y a China, los mayores mercados pesqueros a nivel mundial, en donde la demanda crece a un ritmo constante. Al mismo tiempo, la sobrepesca industrial está destruyendo el sustento y la seguridad alimenticia de una de las comunidades más pobres del mundo, forzándolos a ir tras un nuevo y posiblemente mejor futuro en cualquier otro lugar.
Fotografía e investigación: Kukka Ranta.
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